Diosa Geek

autor Trybble

Capitulo 1: Kevin


Traducción: [email protected]

{Nota: La palabra geek ha sido desde su aparición difícil de traducir al español, no hay una palabra en especial que pueda dar una idea aproximada del significado de `geek’. Geek representa una idea, un estilo de vida que podría resumirse como: “Persona que entiende todo acerca de las computadoras y demás tecnología” }

Uno de los problemas de estudiar ingeniería es que hay cincuenta tipos por cada chica. De modo que cuando una chica aparece en clases, los tipos se caen unos encima de otros tratando que la chica se fije en ellos. Si la chica resulta se un diosa –como una que conozco de una de mis clases de ingeniería- entonces sabes que no hay modo de que se fije en ti, sobre todo si tienes 17 años y ella 21. Ni lo intentes.

Comienzas a esperar con ansias las clases en las que la relación de chicos-chicas se acerca al 50-50. De todos modos si eres como la mayoría de los estudiantes de ingeniería, terminas tomando todas esa clases de ciencia rígida porque las encuentras más fáciles que las clases de las materias ‘borrosas’. A pesar de que hay más chicas en esas clases que en las típicas clases de ingeniería, las chicas siguen estando excedidas en número por los chicos.

Así que cuando esta chica decidió sentarse al lado de mí un jueves en la mañana en mi clase de astronomía, quedé muy sorprendido. Ella realmente llenaba la parte alta su sudadera azul marino. Su cabello rojo era relativamente corto pero elegante. Creo que usaba algo de maquillaje, pero no tanto como otras chicas que había visto en los alrededores del campus.

La chicas hermosas usualmente buscan a los chicos bien parecidos, no a un niño como yo. Cuando ella empezó a hablarme, casi me ahogo. ¿Por qué querría una chica hermosa hablar conmigo? Se presentó a sí misma, “Hola. Me llamo Amy”.

“Yo soy Kevin”, dije.

“Lo sé”, dijo ella. “Me he dado cuenta de que realmente sabes de lo que se trata esta clase. Yo estoy perdida y necesito tu ayuda realmente. ¿podrías ayudarme, por favooooor? ” Me miró, haciendo parpadear sus hermosos ojos verdes y sonriendo al tiempo que decía esto.

“Está bien, supongo que si” respondí. ¿Cómo podía haber dicho que no? O mejor aún ¿Cómo podría un hombre en sus cinco sentidos haber dicho que no?

“¡Excelente! No vemos a las 6:00 PM en la entrada de la biblioteca, ¿De acuerdo?” Me deslumbró usando su sonrisa de mil Watts.

“Por mí, está bien” dije moviéndome en mi silla ansiosamente.

Justo en ese momento, el Profesor Winslow comenzó su lectura. Una leyenda del Campus decía que era un viejo caprichoso, y yo podía ver el por que de esa leyenda. ¡Ese tipo era más duro que diagramar una sentencia! Las ecuaciones cuadráticas son cosa fácil, pero... en cualquier caso, estoy feliz de haber leído el libro al inicio del semestre, ¡Por que no recuerdo una sola cosa de lo que el profesor dijo! Lo que si recuerdo es que de vez en vez miraba a Amy. Dios mío, ella es muy hermosa.

En una ocasión Amy me pilló mirándola y me sonrió. Rápidamente moví mi cabeza de modo que ella no pensara que la estaba mirando fijamente, pero su sonrisa pícara me indicó que mi movimiento fue ‘un poco’ demasiado tarde.

Cuando el profesor finalizó su lectura, le recordó a la clase que nuestra primera tarea se debía entregar el próximo martes. “Si no la han terminado para entonces,” advirtió con su brusco tono de voz de voy-a-convertir-tu-vida-en-un-infierno “ni se molesten en volver a esta clase.” El Profesor Winslow guardó sus papeles y diapositivas en su portafolios, y cruzó el estrado arrastrando los pies. Finalmente el profesor dio por terminada la clase, y caminé hacia la puerta con Amy. Ella medía 5 centímetros menos que mi 1.80 de estatura. Con una sonrisa que recordaré hasta el día en que muera, dijo, “¡Te veo al rato!” entonces se inclinó y me dio un beso breve en la mejilla. ¿Debía correr y buscar refugio, o agradecer a mi buena estrella? Sentí calentarse mi cara, pero me las arreglé para balbucear, “Adiós”. Luego permanecí de pie en el caos en medio del corredor como un idiota, ella se alejaba caminando mientras la imagen de sus entallados jeans se iba grabando a fuego en mi memoria.

Cuando llegué a la biblioteca, no vi a Amy, de modo que esperé cerca de la entrada a un lado de la enorme estatua de bronce de un sapo. El por qué alguien escogería un sapo como la mascota de una escuela era algo que estaba más allá de mí. Mis pensamientos alternaron entre sapos y Amy. Empecé a pensar en las posibilidades. ¿Realmente le agradaba a Amy, o tan solo estaba usándome para sobrevivir a la clase del viejo Doctor Winslow?

Justo cuando estaba a punto de irme, Amy llegó y dijo “Lo siento, llegué tarde, es que estaba en el apartamento de mi novio y perdí la noción del tiempo.”

Bien, pensé para mí mismo, ¡Parece que Amy está más interesada en la clase que en mí! ¿Por qué había yo asumido –o esperado- otra cosa?

Entramos a la biblioteca y encontramos un estudio vacío, equipado con una pizarra blanca y marcadores. Lancé mi mochila con mis libros dentro a la mesa en el centro del estudio provocando un ruido sordo, luego tomé un marcador azul y me dirigí hacia la pizarra.

Dibujé la tabla clásica que compara el tipo espectral de una estrella con su luminosidad. Luego escribí las letras O B A F G K M a lo largo de la parte alta y los números –8 a +12 abajo en el lado izquierdo. Dibujé una banda ancha desde la esquina superior izquierda hasta la esquina inferior derecha de la gráfica y le expliqué a Amy, “La secuencia principal de las estrellas forma una banda que va desde la esquina superior izquierda hacia abajo a la derecha en esta gráfica.”

Entonces dibujé una pequeña esfera en la esquina inferior izquierda y dije, “Estrellas del tipo Enana Blanca se concentran aquí.” Mientras dibujaba una esfera más grande en el cuadrante superior derecho, continué “Y las Gigantes Rojas tienden a agruparse aquí.”

Amy me preguntó cómo era que lograba acordarme las diferentes clases espectrales, así que le enseñe la frase “Oh, be a fine girl, kiss me”* donde la primera letra de cada palabra corresponde a una clase espectral.

Amy ladeó su cabeza y sonrió. “Ah, pero creo que ‘Oh be a fine guy, kiss me'** será mucho más fácil de recordar para mí.” Ella apretó los labios e hizo el sonido de un beso húmedo. Me sonrojé y Amy se río.

Durante la siguiente hora o más, continué haciendo dibujos sobre la pizarra y hablando sobre estrellas mientras Amy preguntaba sobre cualquier interrogante que apareciera en su cabeza. Dado el tipo de preguntas que hacía, deduje que Amy estaba empezando a comprender algunos de los temas que le preocupaban. Al mismo tiempo, me preguntaba a mí mismo si le estaría enseñando DEMASIADO. Si hacía las cosas demasiado fáciles de entender para ella, entonces probablemente no la volvería a ver otra vez.

En cuanto terminé de cubrir el resto del material del Profesor Winslow, Amy me preguntó si tenía hambre. Mi estomago rugió, recordándome que no había almorzado y mucho menos comido. Recogiendo mis libros y empujándolos dentro de mi mochila, murmuré, “He, creo que sí.” Amy dijo, “Yo también. Vayamos a mi apartamento. Podemos ordenar una pizza y trabajar en la tarea, ¿Te parece bien?”

Entré en pánico. No sabía que decir. ¿Y qué pasaría con el novio que ella había mencionado? ¡Dios mío, sería un tipo atlético y corpulento que podía quebrar mi calculadora HP con una sola mano! ¿Resultaría herido? Al cabo, Amy me miró y preguntó con un tono de impaciencia en la voz “¿De acuerdo?”

La miré a los ojos por un segundo y dije, “Está bien” sin pensar en las consecuencias. “Excelente. Vivo cerca del Campus en los departamentos de Summer Hills. Ya sabes, los departamentos que están cerca del centro comercial Beltsview. ¿Te llevo?” Asentí mientras me mordía el labio inferior para calmar mi nerviosismo. Amy me tomó del brazo, tomó mis libros y me llevó al carro.

Tenía un pequeño Mazda Miata rojo. Abrió la cajuela y aventó nuestros libros dentro. “Tenía la capota abajo, pero pensé que te congelarías el culo” se rió. Con un lenguaje como ese, ella encajaba bien con algunos de los Ingenieros en electrónica que yo conocía. Tal vez después de todo, estar cerca de Amy no sería tan atemorizante como pensaba.

Era finales de enero en Maryland, y podía observar algunos de los remanentes de la última tormenta de nieve. Dado que aún se me dificultaba formar palabras, solo pude asentir con la cabeza, abrió mi puerta y entré en el carro. Amy saltó detrás del volante y echó a andar el motor. Me sonrió y dijo “Mejor ponte el cinturón de seguridad”. Después de poner el carro en marcha, salió del estacionamiento y condujo hasta la avenida principal.

Me aferré por puro amor a la vida al tiempo que Amy rebasaba a alguien y por encima del hombre le gritaba “¡Estúpido!” y hacía sonar el claxon. “¡Si no puedes conducir, saca tu puto carro del camino!” Casi pensé que le mostraría ‘el dedo’ al conductor, pero el tráfico estaba muy agitado esa noche. Gracias a Dios, llegamos a su departamento en un pieza y sacamos nuestras cosas de la cajuela. Decidí que la próxima vez caminaría dado que el departamento de Amy estaba a solo unas cuadras del Campus.

“Vivo en el departamento 3C en ese edificio de allí” dijo Amy, apuntando a un departamento de baja altura hacia la izquierda.

Para llegar allí, teníamos que caminar alrededor de una gran pila de aguanieve. Amy decidió saltar por encima y fácilmente pasó al otro lado por encima del banco de nieve. Empecé a caminar alrededor del aguanieve pero ella gritó “¡Gallina!”, así que decidí seguirla y saltar sobre el charco de aguanieve. Desafortunadamente, al tiempo que empezaba mi salto, Amy volteó a verme y sonrió.

Afortunadamente, solamente me mojé. Pude haberme doblado un tobillo o quebrarme una pierna, en realidad lo único lastimado fue mi orgullo. Aún así, quedé muy sacudido. Amy me ayudó a ponerme de pie y tomó los libros de mis manos. Podía mantenerme de pie, pero estaba mojado de pies a cabeza.

Ella se rió y dijo “Entremos y saquémoste de esas ropas mojadas.” La seguí calladamente, cavilando en si ella pensaba que yo era el idiota más grande del mundo o solamente el idiota más grande del Campus.

Subimos las escaleras, absorbiendo el débil olor de pizza, cerveza rancia y palomitas de microondas. Sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta corta de piel y quitó el seguro de la puerta. Yo giré la perilla, abrí la puerta, y la mantuve abierta mientras Amy entraba. Pensé en salir corriendo mientras ella estaba adentro, pero ella tenía mis libros, así que la seguí dócilmente dentro de su departamento. ¿Qué hacia un geek como yo en un lugar como este? Y ¿cuáles eran las posibilidades de que su novio se mantuviera alejado el tiempo suficiente para que comiéramos y termináramos la tarea?

Una vez dentro, Amy aventó los libros sobre un sofá cercano repleto de cosas y se dirigió hacia la parte de atrás de su departamento. Permanecí de pie chorreando, sin saber que hacer. Recorrí con la mirada el departamento, registrando ese lugar que Amy llamaba casa. Estaba mucho más ordenado de lo que yo hubiera esperado.

Al tiempo que mis ojos se posaron sobre una de las pinturas colgadas en la pared, Amy pronuncio una sola palabra. “Barroco.”

Como el más grande idiota de la historia, levanté mis manos y dije “¿Cómo pudo suceder? ¡Ni siquiera lo toqué!”

Amy puso los ojos en blanco y rió sin ganas “Es un periodo en el arte y la música, tonto” me explicó. Haciéndome sentir como un idiota con ‘I’ mayúscula.

Cuando miré a Amy, noté que sujetaba una bata de baño de tela de toalla color rosa. Mis cejas se levantaron, haciendo una pregunta silenciosa.

“¿Por qué tiene puesta todavía esa ropa mojada? Quítatelas para que las meta en la secadora. Te puedes poner mi bata mientras se secan.”

Estoy cierto que un hombre normal no hubiera desperdiciado un segundo en desvestirse azuzado por tal sugerencia, pero yo siendo yo, dudé. Hubiera dado cualquier cosa por tener el valor para tomarla en mis brazos, arrastrarla a su habitación y hacerle el amor apasionadamente, pero eso no estaba en mis cartas –por lo menos en el paquete de cartas usado por un geek común como yo. Solo pude quedarme de pie y balbucear algo inteligente como, “¿Hu?”

Amy caminó hacia mí y me tomo por el abrigo. Me remolcó hasta el baño donde me quitó el abrigo. “Siéntate en la orilla de la bañera” Amy me dirigió con un empujón suave, Y procedió a quitarme los zapatos y los calcetines.

Amy me desabrochó los jeans. Mi cara se puso roja, y tengo la certeza de que adquirió diversas tonalidades de rojo. Me miró a los ojos y dijo, “¿Tienes vergüenza, no es cierto? Eso es lindo” sonrió. “Mira, aquí está la bata. Esperaré afuera mientras te cambias.” Sintiendo que no le creía del todo, agregó “Lo prometo.” Se puso de pie y salió del pequeño baño, cerrando cuidadosamente la puerta al salir.

Estuve sentado por un momento, me quité los jeans mojados. Mi camisa no estaba mojada, pero mi ropa interior si. Me debatía sobre si, en nombre de la modestia, debía dejarme puesta la ropa interior, o si debía quitármela para que también se secara. La idea de estar sentado en ropa interior mojada durante la siguiente hora o más mientras mis jeans se secaban no sonaba para nada atractiva, así que me la quité y la enrollé dentro de los jeans junto con los calcetines.

Por supuesto mis zapatos también estaban mojados, así que los puse sobre el conducto de la calefacción con la esperanza de que estuvieran lo suficientemente secos como para usarlos de regreso a casa. Me puse la bata y cuidadosamente la jalé alrededor de mi cintura de modo que nada se viera y me la amarré. Desafortunadamente, hubiera deseado que fuera más larga, ¡Ni siquiera me llegaba a las rodillas!

Junté mi ropa mojada y abrí la puerta del baño. Debí haberme visto como un tonto cuando entre a la cocina vistiendo esa bata rosa, pero al parecer lo estaría haciendo frecuentemente esa noche. Estaba agradecido de que la bata estuviera hecha de tela de toalla de modo que Amy no podía ver a través de ella.

Ella colgó el teléfono y me sonrió. “Espero que te guste la pizza de pepperoni y salsa. Estará aquí en 30 minutos o menos.”

“Gracias” dije entre dientes.

Amy tomó la ropa mojada y caminó por el vestíbulo. “Una de las razones por las que me mudé a este departamento fue que este lugar tiene su propia lavadora y secadora. Nunca lavo mi ropa hasta que ya no me queda ninguna limpia. Siempre he odiado caminar al cuarto de lavandería con una gran canasta de ropa estratégicamente delante de mí.”

No creí que fuera posible para mí estar aún más avergonzado. Pero cuando empecé a pensar en Amy caminando por el complejo de departamentos sin ropa, mi pene empezó a endurecerse. Miré hacia abajo y me pareció que podía ver el lugar donde mi pene estaba empezando a empujar la bata.

Miré a Amy abrir la puerta del vestíbulo, poniendo a la vista la lavadora y secadora. Aventó la ropa dentro de la secadora y dijo “En 60 minutos debe estar lista” al tiempo que ajustaba el temporizador de la secadora y oprimía el botón de secado.

“Ahora, ¿En qué estábamos antes de que decidiéramos comer algo?”

Amy recogío los libros del sofá y los trajo a la mesa del comedor. Jaló una silla y se sentó. Luego me miró y preguntó “¿Piensas quedarte ahí parado como una estatua por la siguiente hora, o quieres adelantar algo de trabajo?”

Amy jaló la silla contigua, palmeó el asiento, y dijo “Ven, no muerdo... tan duro.” Su sonrisa envió un escalofrío de emoción por mi espina dorsal.

Anduve alrededor de la mesa, esperando que Amy no notara cuan emocionado me estaba poniendo. Cuando estuve lo suficientemente cerca ella tomó mi mano y puso uno de mis dedos en su boca. Después de meter y sacar mi dedo de su boca varias veces, lo mordió. “Lo ves” dijo y se volvió a reír.

Por alguna razón su sonrisa era contagiosa, y empecé a reírme también. Nos reímos por un rato, aliviando la tensión o mejor dicho MI tensión. Luego Amy tomó un libro y las hojas de la tarea y dijo, “Ahora hagamos está tarea.”

La primera cuestión era “Explique las diferencias entre una enana blanca y una enana roja”. En la siguiente media hora, estuvimos sentados en el comedorcito mientras le explicaba cada cuestión y su respuesta correcta. Pronto me fui perdiendo en la tarea y me olvidé que estaba sentado medio desnudo a un lado de una chica sexy. El timbre sonó.

Salté tan alto, que pensé que había hecho una abolladura en el techo. Dios mío, ¿Qué va a pasar si es el novio de Amy? ¿Qué me va a hacer ahora que me pille solo con ella en su departamento vistiendo su bata de baño? ¡Soy hombre muerto!

Amy se levantó calmadamente, recogió su billetera, y caminó hacia la puerta. El tipo le entregó una caja de pizza en las manos y dijo “12.43 con impuestos”. Ella le entregó uno de 5 y uno de 10 y le dijo que guardara el cambio.

En lo que caminaba de regreso a la mesa, empujé los libros aun lado para hacer espacio para la caja de la pizza. Amy depositó la caja en la mesa y se dirigió al refrigerador. Preguntó “¿Diet Coke?” Como no respondí, ella dijo “También tengo cerveza si quieres.”

Yo dije “Un vaso de agua me vendrá bien.” Amy abrió la alacena, tomó un vaso, y le puso algo de hielo y lo llenó de agua. Para ella sacó una Diet Coke del refrigerador. Después de recoger unos platos de cartón y servilletas, caminó de regreso a la mesa y descargó las cosas en el espacio que yo había despejado.

Cada quien tomó un pedazo de pizza y comenzamos a comerla. Apenas le había tomado una buena mordida de pizza cuando Amy me preguntó, “¿Esta es la primera vez que estas en el departamento de una chica?” Como si la respuesta no fuera tan descaradamente obvia asentí tímidamente con la cabeza dado que mi boca estaba llena de peperoni y queso. “Eso pensé,” luego con una sonrisa malvada, Amy preguntó “¿Has tenido sexo alguna vez? ¿Es decir, con una chica?” Mis ojos se abrieron al máximo y mi cara se puso roja. Con una risita ella dijo, “Creo que eso responde a mi pregunta.”

Me miró por un momento, ladeando su cabeza de ese modo tan adorable, y preguntó “¿Cuántos años tienes?” Tragué mi pizza y dije “17”.

Amy hizo una expresión de desconcierto y me miró como si le estuviera mintiendo. “¿Cómo puede un novato llegar a tomar cursos para estudiantes de último año?”

“Probablemente no me creas,” comencé, “pero soy un estudiante graduado. Mis padres me ayudaron a saltarme la escuela secundaria y obtuve mi título de bachiller en ingeniería electrónica a la edad de 16 años. Si se me llega a ocurrir un tema para mi tesis, deberé obtener mi Doctorado a finales del verano.”

Me miró de nuevo y dijo, “Es por eso que tú entiendes toda esta mierda científica. Para mí nunca ha tenido sentido.” Tomó otro pedazo de pizza, enrollando en el dedo la hebra de queso mozzarella. Amy agregó, “Yo tengo una especialidad en negocios y debo graduarme en mayo.” “¿cuántos años tienes?” pregunté e inmediatamente me arrepentí. Preguntarle su edad a una mujer es buscarse problemas.

Amy sonrió y dijo, “¿Sabías que te ves lindo cuando estas avergonzado? Yo tengo 21 años si eso hace alguna diferencia para ti. ¿Te gustan las mujeres mayores?”

No podía creer que fuera posible, pero estaba aún más avergonzado. Miré a otra parte y ella dijo, “Nunca contestaste a mi primera pregunta.” No sabía que decir. Ella continuó, “¿Todavía eres virgen o no?” Solo asentí con la cabeza. No tenía caso tratar de ocultarlo.

Ella dijo, “Me gustan los vírgenes.”

Voltee a verla como si estuviera loca, y ella siguió. “Eres una persona realmente amable. ¿tienes novia?”

Negué con la cabeza.

Entonces me preguntó de hecho “¿Quieres tener sexo conmigo?” volví a entrar en pánico, y grazné “Y ¿Qué hay de tu novio?” Ella dijo “No te preocupes por él. No es ni de lejos tan amable como tú. Además, creo que eres lindo. Solo una chica que estuviera loca no andaría tras de ti.”

La secadora zumbó, señalando que mi ropa estaba seca.

Con una mirada de absoluto terror, dije balbuceando “Me vestiré y podremos terminar de comer. Después de eso terminaremos la tarea y podré irme a casa”. Como si mi intento por cambiar de tema diera por terminado el asunto.

Amy se veía ofendida, se encogió de hombros, y dijo “Okay”. Camine por el vestíbulo y saqué mis pantalones de la secadora. Estaban un poco húmedos aún, pero la ropa interior estaba seca. Abrí la puerta del baño y colgué los pantalones sobre el tubo de la regadera. Me puse los calzoncillos y ya no me sentí tan desnudo bajo la bata de baño. Regresé a la mesa y le dije a Amy que los pantalones todavía estaban un poco húmedos como para usarse, pero que estarían listos para cuando termináramos nuestra tarea.

Amy asintió, y terminamos de comer en silencio. Mientras me comía la última mordida del último pedazo de pizza, Amy recogió la caja vacía y los platos de cartón y los tiró al cesto. Entonces volví a desparramar los libros y la tarea de modo que pudiéramos continuar donde nos quedamos –por lo menos en lo que a la tarea respecta.

El resto de la tarde, nuestra conversación se limitó a objetos estelares. Cerca de las diez, habíamos terminado la tarea y Amy se puso de pie y se desperezó. Pude ver sus pechos aplastarse contra su sudadera. Me pregunté ¿Está usando sostén?

Me levanté y caminé de nuevo al baño para ver si mis zapatos estaban secos. Amy en cambio tenía otros planes. Caminó detrás de mí y cuando me incliné para revisar mis zapatos, me pellizcó el trasero. Me di vuelta y la miré a los ojos. Estaba a punto de hablar cuando ella se acercó, me tomó por la cabeza y toscamente forzó sus labios contra los míos. Sentí su lengua abriéndose camino dentro de mi boca más allá de mis labios.

Una vez más, entré en pánico. Amy movió sus manos de mi cabeza y me tomó por la cintura. Sin pensar, puse mis manos alrededor de ella y comencé a besarla en reciprocidad. Mi pene empezó a ponerse duro de nuevo, y punzó a Amy en el estómago.

Lo próximo que supe fue que Amy me llevaba a rastras por el vestíbulo hacia su habitación. Me empujó sobre la cama y saltó encima de mi. Comenzó a besarme una vez más, mientras manoseaba la bata rosa. Pronto estaba recostado sobre su colcha de algodón completamente desnudo con mi pene apuntando al techo.

Amy separó sus labios de los míos, y comenzó a besarme el cuello. Luego, poco a poco comenzó a descender. Se detuvo en medio de mi pecho y lamió mis tetillas. Luego continuó hasta mi ombligo.

Entre más besaba mi cuerpo, más duro me ponía. La tenía tan rígida que me dolía. Amy despegó sus labios de mi ombligo y se sentó. Pude ver que había una gota de líquido seminal en la punta de mi pene justo antes de que Amy descendiera y la lamiera. Entonces engulló mi pene en su boca y comenzó a mamármelo. Su cabeza se movía arriba y abajo en tanto sus suaves y húmedos labios hacían su magia. Después de unos segundo o horas –no estoy seguro- sentí mis bolas en ebullición. Me esforcé por advertirle, “Amy, yo me...” Mientras decía esa palabras, comencé a venirme.

La cabeza de Amy dejó de moverse, al tiempo que empecé a lanzar chorros dentro de su boca. Cuando terminé mi descarga, se la saqué de la boca. Amy me miró a los ojos y abrió la boca. Dentro estaba mi semen, y podía ver su lengua revolverlo.

“Ummm, eso estuvo muy bueno” dijo, lamió sus labios después de tragárselo.

Me recosté sin poder creerlo.

Amy se puso de pie y se quitó la sudadera. Esto respondió mi anterior pregunta sobre si estaba usando o no sostén, ambos pechos quedaron libres. Sus zapatos, calcetines y pantalones rápidamente siguieron a su sudadera, mientras yo permanecía recostado un poco abrumado.

Entonces gateó de nuevo en la cama, y se trepó en mí. Amy comenzó a besar mis labios otra vez e intentó tocar mis anginas con su lengua. Estiré mis brazos y comencé a jugar con sus pechos. Sentí sus pezones respingar tan pronto como los toqué. Dejé que mis dedos exploraran cada centímetro de sus pechos. Tallé la punta de mis dedos sobre la punta de sus pezones, y luego dibujé el contorno de sus aureolas para sentirlas.

Amy alejó su cara de la mía y se sentó con sus piernas a los lados de mi pecho mientras yo dejé mis brazos caer a los lados. Ella movió sus caderas un par de veces, y su coño quedó a centímetros de mi cara. Cuando miré hacia arriba pude ver su cara enmarcada por sus tetas. Ella miró hacia abajo y me sonrió. “Muy bien, es mi turno.”

Amy avanzó un poco más, y pronto lo único que pude ver era el fino pelo rojo de su coño. Con indecisión saqué la lengua y empecé a lamerle su hendidura. Sabía un poco raro al principio, pero pronto decidí que me gustaba.

Continué así y ella empezó a machacar su coño contra mi cara. Cuando mi lengua tocó su clítoris, escuche a Amy suspirar. Decidí enfocarme en su clítoris y pronto todo su cuerpo se tensó. Después de unas pocas lamidas más sentí que su cuerpo comenzaba a temblar y escuché un gemido suave saliendo de su boca. Luego sus jugos comenzaron a derramarse por toda mi cara.

Después de un poco, la sentí moverse a un lado y luego se acercó y me besó. Dijo “No puedo creer que nuca hayas hecho esto antes”. Miró mi entrepierna y encontró mi pene todavía erecto. Ella dijo “Debemos encargarnos de ese problema que tienes.”

La miré sin entender. De nuevo se montó en mí, pero esta vez su coño estaba justo encima de mi pene. Ella alcanzó con su brazo y encontró mi virilidad y la guió dentro de su coño. Súbitamente comprendí de que problema estaba hablando.

Amy se movió arriba y abajo por un tiempo y parecía estarlo disfrutando. Estiré mis brazos y comencé a jugar una vez más con sus tetas. De repente, sentí el inicio de otro orgasmo. Amy debió sentir algo también, dado que empezó a moverse más y más rápido.

Cuando pensé que ya no lo podía retener por más tiempo, hice erupción. Una y otra vez. Cuando finalmente terminé, Amy descendió de mí y me besó. Sacudió su cabeza y me preguntó, “¿Sientes alguna diferencia ahora?”

Antes de que pudiera responder escuché un portazo. De nuevo, visiones de un novio enfurecido saltaron a mi mente. Solo que esta vez, la película fue mucho más gráfica. Mi pene se encogió instantáneamente e intentó reptar dentro de mi cuerpo.

Amy miró la expresión de mi rostro y dijo, “No te preocupes. Es mi compañera de cuarto. No nos molestará.” Me beso otra vez y comenzó a masajearme el pene. “¿Quieres intentarlo de nuevo?” dijo con una sonrisa malévola.

No solo me las arreglé para enderezarlo de nuevo, sino que lo hicimos dos veces más antes de quedar dormido. Cuando desperté, Amy estaba acurrucada contra mí. Ella estaba de espaldas a mí, y yo tenía una mano en su pecho izquierdo. Se sentía tibio y suave. No quería soltarlo nunca. Entonces, con un gesto tonto, me pregunté si podría conseguir trabajo como el sostén de Amy.

Recordé la noche anterior y decidí que lo que más me gustó fue hacerlo por detrás, dado que así podía cogerla y al mismo tiempo reclinarme y jugar con sus tetas.

Mire el reloj despertador en su mesa de noche y vi que eran las 9:13. “9:13” pensé. “Tengo una clase a las 10 en punto; puedo llegar si me levanto ahora mismo.”

Empecé a deslizarme fuera de la cama, y Amy se movió. “Buenos días” murmuró en la almohada. Miré a Amy y sonreí. “Tengo una clase en 45 minutos. Si me apresuro puedo llegar” dije.

Amy sonrió y dijo “No lo creo” mientras con su mano tomaba mi pene.

Le sonreí y me entregué a lo inevitable.

Cerca de las 10:30, escuché una descarga del inodoro. Amy se levantó y caminó fuera del cuarto desnuda. La escuché decir “Hola” a alguien, y luego regresó al cuarto con mi ropa. Me vestí mientras Amy observaba, luego fui al baño y levanté la tapa del inodoro.

Amy abrió la puerta del baño y se rió de mí, dijo “¿Por qué te vistes para ir al baño solamente para bajarte los pantalones y mear?” Volví a sentir ese calor familiar en el rostro una vez más. “No quería que tu compañera me viera desnudo” dije con modestia.

Amy volvió a reír y dijo “Apuesto a que no sería la primera vez que ve aun tipo desnudo”.

Terminé mis negocios, jalé la palanca, recordé poner la tapa del inodoro debajo de nuevo, y caminé hacia la parte principal del departamento. Sentada en la mesa de la cocina estaba la diosa de mi clase de ingeniería.

Ella me miró y yo la miré. Corrí del departamento de Amy sin preocuparme por llevarme mis libros o mi mochila.

*sé una chica buena, bésame.

**sé un buen chico, bésame.

 -- Conforme a la Convención de Berna, todos los derechos de copia de este trabajo están reservados por su autor a menos que se especifique lo contrario.